Mientras la necesidad de que las agencias que proveen servicios para víctimas hagan prioridad la integración, Safe Harbor reconoce que parte de llegar a ser una organización inclusiva, diversa, e anti-racista incluye a la justicia del acceso al idioma.
Cualquier persona puede sufrir violencia doméstica, mas vemos una y otra vez que la gente que sufre violencia doméstica y otras formas de opresión enfrentan barreras adicionales al intentar salir de su relación. Esto puede resultar en tasas desproporcionadas de violencia doméstica para algunas comunidades, por ejemplo…
- Las mujeres negras tienen 3 veces más probabilidades de ser asesinadas por hombres que las mujeres blancas.
- La comunidad LGBTQ+ pasa por violencia doméstica a las mismas tasas, o hasta más altas, que sus contrapartes heterosexuales y cisgéneros.
- La gente con discapacidades también tiene más probabilidades de ser abusada por la gente más cercana.
- El 48% de las inmigrantes latinas reportaron que el abuso de parte de sus parejas aumentó después de inmigrar a los Estados Unidos.
Las comunidades inmigrantes se enfrentan a dificultades complejas por ejemplo las barreras idiomáticas, la falta de conocimiento sobre los sistemas de salud, legales, y gubernamentales, el aislamiento de su sistema de apoyo, y el tener que navegar una cultura totalmente diferente.
“Los inmigrantes somos muy unidos y dependemos de nuestra red de conocidos y familiares cuando necesitamos ayuda. ¿Pero qué pasa cuando alguien necesita ayuda para un mal que viene desde adentro de esa red? ¿Qué pasa cuando al pedir ayuda se podría deshacer parte de esa red? Mucha gente hasta teme la posibilidad de ser aislados de su comunidad que construyeron desde cero para sobrevivir en un país extranjero.” – Ana Castellanos, Coordinadora de Alcance Bilingüe
La importancia del acceso al idioma en el Upstate de Carolina del Sur se ve cada vez más evidente con el crecimiento de la comunidad latina. El censo nos demuestra que desde el 1990 hasta el 2000, la populación hispana o latina ha sido el segmento de la populación que ha crecido con más rapidez, y hoy conforma casi el 10% de la población. Con este aumento se necesitan más profesionales bilingües que puedan proveer servicios en español.
Safe Harbor emplea a varia gente bilingüe incluyendo a una Consejera, una Defensora de la Comunidad, dos Defensoras Familiares, una Especialista de Apoyo al Cliente, dos Asistentes de Albergue, un Coordinador de Prevención, y una Coordinadora de Alcance. La mayoría de nuestros empleados bilingües hablan español e inglés y dos hablan árabe. Desde enero del 2019 hasta los mediados de Octubre del 2020, Safe Harbor ha proveído servicios a más de 100 clientes que no hablan inglés a través de nuestros programas. Podemos proveer nuestros servicios en más idiomas gracias al apoyo que recibimos de la Coalición de Carolina del Sur contra la Violencia Doméstica y la Agresión Sexual (SCCADVASA por sus siglas en inglés).
“SCCADVASA está comprometido a aumentar el acceso a los servicios para todos los sobrevivientes en Carolina del Sur. Apoyamos a las organizaciones que forman parte de la coalición, como Safe Harbor, proveyendo servicios de interpretación y traducción de documentos. Al quitar barreras, las defensoras pueden enfocarse en proveer servicios inclusivos, culturalmente apropiados, e informados por el trauma. Creemos en elevar las voces de toda la gente impactada por la violencia doméstica y la agresión sexual y en crear comunidades más seguras para todos.” – Marie McDonald, Coordinadora del Acceso al Idioma y Sobrevivientes de La Trata en SCCADVASA
¿En este mundo complicado en el que nuestros clientes se enfrentan a varias barreras, cómo podemos acabar con la violencia doméstica sin también superar las barreras como el racismo, el miedo a la deportación y el acceso al idioma? La realidad es que no podemos. Tener empleados bilingües es esencial para nuestra misión de proveer un continuo de servicios a las víctimas de la violencia doméstica y sus hijos. Saber que alguien les podrá hablar en su idioma puede darle la confianza a alguien que no habla inglés de marcar a nuestra línea de ayuda; puede ser la diferencia entre buscar ayuda o seguir aguantando la violencia.